miércoles, 21 de febrero de 2024

DEL FMI Y OTRAS YERBAS

                      
 

Dentro del marco tramposo de una falsa dialéctica, la izquierda vernácula y el kirchnerismo intentan implantar en el altar de los demonios al FMI, así como a los gobiernos -impíos ellos- que osan tratar con él.

Pero preguntémonos qué es, en realidad, el FMI. Así, lograremos echar algo de luz y considerar con mayor objetividad la leyenda negra que circula en numerosas mentes vernáculas. Hagámoslo con llaneza; que se entienda fácil.

El mundo tuvo problemas en todas las épocas; esto, lo sabemos de sobra. Una de ellas se dio en la década de los 40´ del siglo pasado (Gran Depresión, Segunda Guerra Mundial…). Los líderes de algunos países aliados, reunidos en el marco de las Naciones Unidas, observaron que el sistema bancario y financiero mundial tenía el poder de causar graves daños, además de resultar muy oneroso para los países endeudados.

Reunidos 44 países, en el año 44, decidieron crear un organismo que les ofreciera asistencia financiera, evitando la intervención del sistema bancario imperante. Inicialmente, 29 de esos países suscribieron el acuerdo. Argentina ingresó en 1956. Hoy son 190 los países miembros (190 de 195).

Es como si un grupo de comerciantes nos reuniéramos porque los bancos nos están ahogando, entonces decidimos hacer una “vaquita” para establecer un fondo común, de nuestra propiedad, del cual le podamos prestar al que, de nosotros, lo necesite; con intereses inferiores a los bancarios. Además, asesoramos al endeudado para que encauce su economía y mejore su contabilidad, a la vez que controlamos que el dinero prestado se use para el fin requerido (¡claro, tampoco somos giles!, ¿no?). Separando la paja del trigo, así de sencillita es la historia del malvado Fondo.

Y recordemos ahora dos experiencias recientes: a Néstor Kirchner cancelando la deuda con el FMI, para endeudarse con Venezuela y otros “proveedores de divisas”; y, por otro lado, a Mauricio Macri, reconvirtiendo la deuda para concentrarla en el FMI. La conclusión no es tan difícil: Kirchner salió del Fondo, que cobra tasas aproximadas al 4% anual, para pasar la deuda a otros ámbitos donde el costo financiero es del triple y aún superior. Y Macri hizo la maniobra inversa.

¿Dónde están los ángeles, y dónde los demonios? ¿Quiénes fueron los grandes endeudadores?

Cuando los demonios escriben la historia, el infierno parece un edén… pero igual arde (“eppur si muove”). Una mentira repetida mil veces no se convierte en verdad.

viernes, 22 de diciembre de 2023

¿LEGALIDAD O LEGALISMO?




Resulta interesante ver cuántos “fariseos” hay, que se rasgan las vestiduras, escandalizados por el atropello a la Constitución Nacional por parte del flamante gobierno, cuando ellos mismos forman parte del batallón de los que vienen haciéndolo de manera más artera -con hábil disfraz de democráticos- desde hace años o incluso décadas.

Ante la gravedad del presente que supimos conseguir, me hago una pregunta: supongamos que estoy cruzando una calle y advierto que me va a pisar un camión, pero que me salvaría si me saliera de la senda peatonal. ¿Qué hago? ¿Me inmolo por no desobedecer la norma de cruzar por la senda peatonal, o me salgo para salvar mi vida? Eso no significa que a partir de ahora ya nunca más vaya a cruzar la calle por la senda peatonal; se trata de una circunstancia excepcional, en la que el dilema es de vida o muerte.

El gobierno, en este caso, necesita imperiosamente capitalizar el impulso inicial y la alta aceptación popular (legitimada en las urnas), para iniciar con imprescindible energía los cambios que la sociedad le encomendó. Para ello, busca los caminos que le parecen más efectivos.

Si en ese camino se sale por una vez, para evitar una tragedia, de la senda peatonal, no significa que vaya a hacerlo sistemáticamente a partir de ahora, como algunos sugieren con maldad o picardía; no significa que haya renunciado al republicanismo y a las normas constitucionales. Si lo comparamos con quienes inician una dieta rigurosa, este sería el “permitido”: una excepción a la regla justamente para que no fracase todo en un juego a todo o nada.

De paso, conviene dejar en claro que los DNU no son inconstitucionales, como algunos políticos, analistas y periodistas afirman con cierta ligereza; están contemplados en la Constitución Nacional. Es importante no confundir la esencia con cuestiones accesorias. Dicho más claramente: no disfrazar las cuestiones accesorias de esencia.

Hay que considerar el nuevo contexto: un gobierno holgadamente respaldado y legitimado pero que, por obra y gracia de los mecanismos electorales vigentes, no cuenta con fuerza parlamentaria. Sin embargo, tiene a sus espaldas la responsabilidad de cumplir su promesa a los que lo votaron en holgada mayoría, lo que significa cumplir con un programa que siempre estuvo claro: libertad y orden económico y social.

He aquí el gran dilema. Los que vienen destruyendo la Patria desde hace décadas, siguen buscando la forma de hacerlo, disfrazándose ahora de democráticos.

Ojalá prime la cordura, por el bien de todos; POR EL BIEN COMÚN.


lunes, 11 de diciembre de 2023

LA VISION DE MILEI Y EL CAMINO DE FRONDIZI

 


Se inicia, con el presidente Javier Milei, un gobierno de corte economicista, con medidas seguramente necesarias en esta primera etapa (para realizar el trabajo de "desmalezamiento", como lo llamo yo, similar al que le tocó a Menem en su primer gobierno). Pero, a partir de allí, corre el mismo riesgo que el propio Menem que, a mi criterio, se quedó sin libreto propio y tuvo que entregar la economía al liberalismo de Alsogaray, y ahí vino la debacle.

Cosa muy distinta a la que el presidente Milei menciona en su discurso, con referencia al plan de shock de 1959. No es cierto que ese plan haya fracasado; sino que cayó en un complejo atolladero y debió afrontar profundos problemas, con fuertes ramalazos y desajustes en el corto plazo (otra vez el liberal Alsogaray en el medio, pero esta vez impuesto por la presión de las Fuerzas Armadas y sus famosos planteos al gobierno del Dr. Frondizi).

Sin embargo, detrás de eso, venía el programa de desarrollo pergeñado por Frondizi y Frigerio, que abrió las puertas a un periodo que trajo, entre otras cosas, la revolución del acero, como base para el desarrollo de la industria nacional, y la revolución del petróleo, como base de la independencia energética, con autoabastecimiento y generación de saldos exportables. Eso le dio sustento (industria de base o pesada) al plan de industrialización (industria liviana) que había iniciado Perón años atrás, y que fuera un hito importante, pero no suficiente; un primer escalón en el camino del plan de desarrollo, que Frondizi perfeccionó y completó otorgándole autosustentabilidad a la industria -y, con ello, a la economía- al cortar con la dependencia de insumos base (acero y energía).

Me viene a la memoria lo que le dijo el rabino Wahnish a Milei en el acto de la Catedral: nuestro objetivo -como humanos, frágiles- no es estar siempre firmes como una columna; es caernos y levantarnos, las veces que sea necesario. Así ocurre también con todo proyecto humano. Y exactamente eso sucedió en 1959: hubo una caída, una crisis, pero sirvió para levantarse y generar el mayor proyecto transformador de la historia reciente en nuestro país, cuyas consecuencias positivas disfrutamos durante décadas, pese a la miopía del gobierno siguiente, que se dejó llevar por el dogma de un falso nacionalismo.

Esto es lo que Milei no ve o no entiende y rogamos que logre, con honestidad intelectual, una apertura hacia las ideas del desarrollo, alejándose del dogmatismo liberal, para que no volvamos a vivir otra frustración, que sería dolorosísima.

Es mi humilde opinión, y confío en que a esta etapa liberal (que puede ser muy positiva en lo cultural, cortando los hilos de la idiotización ideológica a la que nos sometieron durante años) le siga una etapa centrada en el desarrollo (que no es mero crecimiento). En tal caso, entonces sí, volveremos a estar entre los países líderes, como una de las potencias mundiales nuevamente.

miércoles, 1 de noviembre de 2023

LOS INTELECTUALES Y LAS ARTES ADIVINATORIAS


Leyendo la declaración de un grupo de prestigiosos intelectuales sobre la segunda vuelta y apoyando la elección (¿reelección?) de Massa en la misma, me llaman la atención dos detalles.

Cuando describen el "currículum" de Massa, hablan solamente de "desaciertos" y "ambigüedades". Me parece muy poco: faltan la mentira, la corrupción, los negociados...

En cuanto a Milei, se basan sólo en pronósticos posibles, ya que éste nunca gobernó. ¿Cómo podemos saber con tanta precisión cómo sería un gobierno liberal en sus manos? Es hartamente sabido que no tiene estructura política suficiente y que se va a tener que nutrir de muchos colaboradores y asesores que vendrán seguramente de las filas más cercanas al liberalismo, pero sin que necesariamente sean extremistas. Hubo una sobreactuación evidente en la campaña, pero después de las elecciones se conoció a un Milei mucho más sereno y equilibrado en sus juicios y dichos. La influencia de Macri y gente de su entorno también estoy seguro de que podría ser un dique de contención importante para los desmadres extremistas, amén de aportar riquísima experiencia de gestión.

No digo que sea necesariamente así, pero tampoco lo otro, lo que pronostica este grupo de intelectuales, más que respetables todos e incluso dignos de admiración algunos.

La verdad es que sólo Dios sabe, y Dios dirá, pero este tipo de declaraciones responden a cuestiones pura y estrictamente ideológicas; no aportan nada realista a la discusión.

La única triste realidad es que acá no hay vencedores. Sólo hay vencidos: la sociedad toda.

Pero la flecha puede dispararse en cualquier sentido: Massa puede despegarse del Kirchnerismo corrupto y decadente y hacer un gobierno moderado convocando a un amplio sector, como él promete (por más que nunca cumplió con su palabra, siempre puede haber una primera vez); o bien, Milei puede hacer un gobierno de tinte más liberal pero pragmático, alejándose del fanatismo del dogma.

El que se arrogue el conocimiento de lo que va a pasar -o de lo que puede pasar en un caso o en el otro- termina convirtiéndose en un simple "adivinador", más cercano a los tarotistas y expertos en distintas “mancias” que a un intelectual.

miércoles, 25 de octubre de 2023

EL DILEMA DE JUNTOS POR EL CAMBIO Y EL ROL DE MAURICIO MACRI

 


A consecuencia de lo disruptivo de las elecciones nacionales, Juntos por el Cambio debe resolver un dilema esencial; nuclear, podríamos decir.

Así como las personas, ante un hecho o vivencia disruptivos, pueden experimentar un trauma o bien reaccionar con resiliencia, también Juntos por el Cambio puede ir por un camino u otro.

El trauma sería la ruptura, la toma de posición con respecto a las dos fuerzas que quedaron en carrera; en pocas palabras: la claudicación, la renuncia a su esencia.

La resiliencia sería mantenerse como oposición, dejar en libertad de acción a sus votantes y ejercer su rol antagónico, a partir de ahora más importante que nunca, habida cuenta del poder que ostenta tanto en el Congreso como en el mapa de las gobernaciones provinciales. Su rol será, de ahora en más, esencial: oponerse a lo que no sirve al bien común, apoyar lo que sí lo hace, controlar los actos de gobierno, llamar la atención sobre los peligros y denunciar las incorrecciones e ilegalidades.

Más allá de eso, se pueden presentar casos particulares en que dirigentes de Juntos por el Cambio se incorporen al futuro gobierno, pero debería ser de forma estrictamente personal y habrá que tratar cada caso en particular. En algunos casos, renunciarán a su afiliación; en otros casos, pedirán autorización a la autoridad partidaria y podrá ser concedida o no.

En esa línea, vislumbro un caso particular y emblemático, que es el de Mauricio Macri.

Al no contar con cargo formal alguno dentro del partido (Pro) ni del frente (JxC), tal vez sería positiva su inclusión personal, en el caso de una victoria de Milei.

Debería hacerlo sin un cargo formal, como una especie de asesor externo, pero que, a mi criterio, cumpliría eficazmente un rol que podría ser muy importante, dada su condición de expresidente con una trayectoria política destacada que le otorga una autoridad moral singular; liberal razonable, experimentado y pragmático, que pondría freno al liberalismo dogmático que parece enarbolar Milei, así como ayudar a buscar los mejores caminos y facilitar relaciones convenientes al país en el ancho mundo. Después de todo, se trata de buscar el bien común y lo que más conviene a nuestra querida y maltratada patria.

lunes, 23 de octubre de 2023

Elecciones nacionales: Massa y el camino entre Suiza y Venezuela

 



Los comicios de los últimos tiempos vienen dándonos innumerables sorpresas, a las que la prensa dio en llamar “batacazo” o “cisne negro”.

En cuanto al resultado de las últimas elecciones nacionales, caben mil reflexiones. Las bibliotecas están llenas de explicaciones para estos casos, desde El Príncipe de Maquiavelo en adelante, y que tienen en cuenta tanto las características de los líderes como las de los pueblos. No importa aquí si Massa o Milei son genuinamente líderes, pero devienen en líderes por imperio de las circunstancias.

Maquiavelo dice que la cualidad esencial del gobernante (el líder) es la audacia, no el conocimiento de ciencias particulares: para eso tiene ministros y asesores. No podemos dudar ni un instante que audacia es lo que les sobra tanto a Massa como a Milei. Son más que audaces; son temerarios.

En cuanto a las características de los pueblos, como un pueblo es un agregado de individualidades, comparte muchas cualidades esenciales con los individuos. ¿Quién no conoce a algún masoquista? ¿Quién no conoce a algún resignado crónico?

En cuanto al comportamiento de las masas, desde Ortega y Gasset en adelante y también para atrás, abundan las explicaciones al respecto.

Me he cruzado en estas horas poselectorales con unos cuantos amigos abatidos hasta el extremo. Sin embargo, aunque el resultado genere bronca e impotencia en muchos, es una realidad en la que vivimos y, si no aprendemos a convivir con ella, nos terminaremos enfermando.

Se trata de las reglas de juego de la democracia. No significa que quienes abrazamos otros ideales y modelos no debamos seguir trabajando para el cambio, pero que un tropiezo, por más dañino y grave que sea, no nos desmoralice, no nos destruya.

No faltan quienes, en su bronca, culpan a los famosos “cabeza de termo”, vagos planeros y cosas por el estilo y les echan toda la culpa a ellos. Claro que tienen gran responsabilidad en esto, pero  la realidad es que los ahora perdedores pusieron también mucho más que un granito de arena. Hasta que no logren realizar una autocrítica seria y desapasionada, será muy difícil de superar el tropiezo.

Personalmente, creo que Rodríguez Larreta con sus ambigüedades e intentos de movidas inoportunas; el radicalismo con su notoria falta de compromiso, su tibieza y su juego a dos puntas; Patricia cuando se enganchaba con las provocaciones de Rodríguez Larreta y potenciaba la tensión; Macri con sus idas y venidas, dictadas por un dogmatismo condicionante, Lilita con su olímpica borrada… y podría seguir, pero no resultaría constructivo. No es de afuera que tenemos que vociferar sobre estas cuestiones, lo importante es que tomen conciencia los protagonistas y sepan capitalizar la experiencia.

Fue una gran oportunidad perdida; era el momento, como, en el fondo, todos sabíamos. Tal vez otro fallido similar sepulte las posibilidades de la Argentina de volver a ser un gran país por varios siglos.

Los que ya arañamos los 70 años de vida, hemos vivido permanentemente en este marco de la realidad; hemos vivido y sobrevivido crisis de todo tipo, desencuentros sociales furibundos, cambios de 180 grados totalmente inesperados e impredecibles, dolorosos atentados subversivos, golpes de estado, hiperinflaciones, la guerra de las Malvinas… Ya nos curtimos tanto que lo que acaba de suceder, aunque pueda generar bronca e impotencia, no nos puede derribar. Hay que levantarse y seguir adelante.

Creo que Milei cumplió con la misión encomendada: romper la oposición; pero lo hizo con el aporte de ésta misma. Sin embargo, es muy probable que aquí termine su epopeya porque, aunque su liberalismo cavernícola pueda ser atractivo para cierto número de argentinos, dudo mucho que prenda en la mayoría. Es cierta sólo a medias su aseveración de que los países que progresaron lo hicieron a caballo del liberalismo; en todo caso, no del tipo de liberalismo fanático y dogmático que él propone, sino de un liberalismo realista, que supo convivir con otras ideas y otros contextos; en una palabra, de un liberalismo pragmático. Lo que ofrece Milei, ya desde sus formas, es casi monstruoso.

Para el improbable caso de que, aun así, llegara a ganar, esperemos que acalle ese monstruo intolerante que vino exhibiendo durante la campaña y haga realidad el gobierno respetuoso de las libertades y racional y probo en la administración de la cosa pública que promete. El problema con Milei es que su discurso (comunicación digital) se contradice con lo gestual y con su conducta (comunicación analógica); me pregunto cuál de esas facetas es la verdadera y cuál una simple actuación.

Así las cosas, era casi inevitable la victoria -relativa por ahora- de Massa; gran conocedor de los tejes y manejes de las lides políticas; de las presiones, de las extorsiones, de las amenazas. Y conocedor del mundo del poder, que sabe a quién, cómo, con qué y cuándo hay que “tocar”.

Nos queda la esperanza de que, de ganar, cumpla con su prometido gobierno de unidad nacional; que se desmarque del kirchnerismo, del camino del pobrismo seudo progresista, y que apunte su conocido pragmatismo en una dirección que, seguramente, no nos llevará a ser Suiza, pero que -al menos- tampoco nos lleve a Venezuela.

lunes, 8 de mayo de 2023

Programa de Gobierno: TODOS LOS REYES ESTÁN DESNUDOS.



 Parece mentira que estemos a semanas de tener que votar candidatos a gobernarnos y no sepamos todavía qué proponen.

Desde Juntos por el Cambio – que me parecen los más serios por ahora – nos aseguran que tienen a los equipos técnicos de las cuatro fundaciones de los partidos integrantes trabajando “a full”, mientras lo único que sale de sus bocas es que se requiere un “plan integral” (¡chocolate por la noticia!). Honorable excepción: Tetaz suele dar algunas pistas, aunque parcializadas, en programas de televisión, sin que eso llegue a constituir un plan integral, pero chapeau al único que dice algo.

El anarco-liberalismo de Milei sólo recita el dogma de la dolarización, la eliminación del Banco Central y la guerra a la casta. Fin del programa.

El peronismo que encarna Alberto Fernández se jacta de no tener plan ni programa (“no creo en los programas”).

El peronismo K y sus satélites tienen un solo plan: Kaos y Destrucción. Cuanto peor, mejor – cuando todo esté destruido, reconstruiremos (eso sí, “con la gente adentro”, jejeee).

La izquierda, muy parecido a los K, sólo que con un poco más de andamiaje teórico, fundado en un idealismo utópico que ya demostró ser impracticable y fracasó en todo el mundo.

NO HAY MÁS. Vergüencita ajena, debo confesar.